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El Fuero Real de Alfonso X fue objeto desde 1255 de numerosas concesiones individuales a las villas y ciudades del reino. Estas concesiones fueron acompañadas de variados privilegios para las oligarquías locales, con la pretensión de evitar las suspicacias que pudieran tener ante esta invasión de su autonomía. El descontento ante esta y otras actuaciones de Alfonso X se tradujo en un clima de inestabilidad creciente que estalló en 1272 con la revuelta nobiliaria y la oposición institucional de numerosos concejos. El Fuero Real perdió así su pretensión uniformadora para todo el reino; además, no podía dar respuesta a toda la casuística que se podía plantear en los tribunales. Quedaba entonces en manos de los juristas del tribunal de la corte su corrección e interpretación, así como la subsanación de las lagunas legales que iban surgiendo.

Fruto de esta labor de los juristas del rey-sabio surgieron las Leyes del Estilo como instrumento de aclaración de las dudas de índole procesal a que daba lugar la aplicación del Fuero Real. Tal vez, esta condición subordinada de las Leyes del Estilo al Fuero Real ha motivado la escasez de estudios específicos dedicados a ella, laguna que viene a colmar esta obra.

Esta edición incorpora además el manuscrito de las Leyes del Estilo conocido como el Z-III-11, Flores de Derecho escogidas e ayuntadas por Maestro Jacobo de las Leyes, conservado en la Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo de Escorial